Tiene un pequeño cuerpo de 16,5 cm —por su forma podría parecer un cepillo de limpieza facial— acabado en color oro rosa y en alta calidad para que no permita la entrada de agua, lubricantes u otros fluidos. A él se suma un cabezal de quita y pon —para poder retirarlo y lavarlo con facilidad— fabricado en silicona antialérgica que se ajusta ergonómicamente para rodear el clítoris con la máxima suavidad y precisión.
Está equipado con batería integrada (y no pilas) que se recarga con un cable USB que conecta directamente con el aparato de forma magnética, por lo que respeta al máximo el medioambiente. Y cuenta con dos botones: para encender y apagar y para controlar sus 11 niveles de intensidad.
Su manejo es sencillo y tan solo funciona estimulando el clítoris. Cuando se acerca a él, proporciona sensación de vacío y enérgicas palpitaciones sin necesidad de llegar a tocarlo gracias a su sistema de ondas expansivas y pulsaciones de aire. Solo ha de colocarse sobre la zona para sentir cómo el flujo sanguíneo aumenta en tiempo récord: sus usuarias aseguran haber llegado al orgasmo en escasos minutos.